El desarrollo de las instalaciones fotovoltaicas para autoconsumo está siendo vertiginoso en Andalucía. El número de instalaciones fotovoltaicas se ha multiplicado por 7 en Andalucía en el último año, pasando de las 134 de 2017 a 382 en 2018 y acabando el año 2019 con más de 2700 instalaciones. Esto es debido en gran parte a la gran toma de conciencia de los ciudadanos andaluces que cada vez más optan por producir su propia energía (total o parcialmente) de forma limpia, ahorrando en la factura eléctrica al tiempo que realizan una inversión rentable y amortizable en pocos años. Pero no cabe duda de que gran parte de este éxito se debe a la tan deseada derogación del impuesto al Sol (que paradójicamente fue más disuasorio que otra cosa, ya que realmente nunca fue aplicado). También hay que dar las gracias a la simplificación de los trámites administrativos necesarios para dar de alta correctamente las instalaciones y coordinar el intercambio de información entre los productores/consumidores, las compañías eléctricas y las administraciones.
Estamos ante una magnífica noticia ya que este desarrollo va en consonancia con las medidas recién anunciadas por el Gobierno para frenar las emisiones de efecto invernadero y conseguir la neutralidad en CO2 para el año 2050.
Desde Desconext aplaudimos esta noticia que demuestra que cuando se dan las condiciones socioeconómicas y legislativas para que se desarrolle una idea, ésta lo hace de forma exponencial. El desarrollo de las energías renovables a pequeña y gran escala es una necesidad imperiosa para luchar contra el riesgo que supone el aumento excesivo de la temperatura media de la Tierra debido al consumo excesivo de combustibles fósiles. La energía solar fotovoltaica es, a nuestro juicio, la tecnología renovable más adecuada para la inversión por particulares gracias a su absoluta modularidad (se puede instalar desde un único panel en un balcón hasta cientos de miles como en enormes huertos solares. Esta característica de modularidad es algo que no tienen otras tecnologías renovables como la hidráulica, eólica o de biomasa.
Andalucía, con sus más de 2.800 horas de sol anuales equivalentes, es una de las regiones de Europa con mayor potencial fotovoltaico.
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